Encanta por la belleza arrobadora de sus parajes naturales, sus poblados de añejo sentido histórico, su arraigado patrimonio cultural y artístico, sus castillos de aires medievales y su condición de tierra de buen beber y comer. Y es que son muchos los pueblos con encanto en Navarra, aunque también los hay en otros lugares de España, como en Málaga.
Visitar Navarra, darse el gusto de apreciarla en todo su esplendor es una oportunidad que no se puede echar a perder. Conocer los pueblos de esta fabulosa comunidad autónoma es vivir la aventura de ese encanto de muy justa y merecida fama.
Pueblos con encanto en Navarra
Bonitos son los pueblos de Navarra por su impresionante variedad de paisajes, monumentos y sitios históricos. Son encantadores los tantos pueblos de Navarra en un territorio que apenas sobrepasa los diez kilómetros cuadrados.
Sus pueblos rezuman en matices pintorescos la influencia aragonesa y vasca, sumados a un pasado señorial de antiguas monarquías y su riqueza en tradiciones y en el ámbito cultural y recreativo. Echa un vistazo a nuestro breve recorrido de algunos de los pueblos con encanto en Navarra.
Olite: Uno de los pueblos con encanto en Navarra más famosos
Dada la riqueza y variedad de su patrimonio artístico e histórico, Olite tiene el honor de haber sido declarado Conjunto Histórico y Artístico. En pleno corazón de una llanura y situación privilegiada, es célebre por el imponente castillo y palacio que fue residencia de los reyes de Navarra en la Edad Media.
A todo su conjunto de monumentos, iglesias y conventos han de sumarse eventos tan importantes como la Fiesta de la Vendimia de Navarra, las Fiestas Medievales y el Festival de Teatro Clásico. Sin duda el número uno de los pueblos con encanto en Navarra.
Tafalla
Ubicado a tan solo 35 kilómetros de Pamplona, capital de la Comunidad Foral de Navarra, y de un poco más de diez mil habitantes, Tafalla funda buena parte de su atractiva belleza en la arquitectura civil y religiosa de distintos siglos. El turista de curiosidad histórica y cultural encontrará en Tafalla una espléndida muestra de edificaciones medievales, en particular de estilo románico y de otras épocas que dicen mucho de su pasado de tradición monárquica.
Puente La Reina
En este pueblo de impactante arquitectura medieval convergen dos principales vías en el Camino de Santiago, y es muy conocido por su puente de estilo románico sobre el río Arga.
Puente La Reina se precia de tener célebres monumentos religiosos como las iglesias del Crucifijo, de San Pedro y de Santiago. Esta villa con una población de 2.500 habitantes es muy apreciada por los edificios de marcada influencia jacobea o relativa con el apóstol Santiago.
Ujué
Ubicado en la llamada Zona Media y coronando una meseta, es el pueblo medieval por excelencia. Sus estrechas calles empedradas y sus casas a modo de racimos alrededor de la iglesia y la fortaleza de Santa María, le dan ese aspecto medieval que lo hace uno de los favoritos de los visitantes de Navarra.
A 840 metros de altura y de apenas 300 habitantes, su origen se remonta a la época romana, pero cristalizó como villa a fines del siglo VIII y principio del IX.
Artaxona
Sin duda otro fascinante pueblo medieval a tan solo 30 kilómetros de Pamplona y de 1.700 habitantes. Su más sobresaliente e impresionante joya arquitectónica es la fortaleza conocida como El Cerco de Artaxona con sus nueve torreones, que data del siglo XI,
En Artaxona también destacan la iglesia de San Saturnino con su imponente torre, la basílica de estilo barroco de Nuestra Señora de Jerusalén y la capilla de San Pedro. Además de esas espectaculares construcciones plenas de historia, en Artaxona se conservan construcciones funerarias y dólmenes prehistóricos.
Otsagabia
Otsagabia u Ochagavía debe buena parte de su encanto a sus empinadas calles empedradas y su medieval puente de piedra sobre el río Anduña. Enclavado en el pirineo navarro y con lugares de ambientes mágicos como la Selva de Irati, donde se puede esquiar en invierno, Otsagabia también ostenta su iglesia de piedra, casas y palacios medievales.
Este es uno de esos pueblos con encanto en Navarra que destaca gracias a estar rodeado de increíbles paisajes naturales.
Elizondo
En el Valle de Baztán encontraremos uno de los pueblos más encantadores. Nos referimos a Elizondo, próspero y urbano a ambas márgenes del río Bidasoa, con sus señoriales casas de grandes balcones y alacetes. Entre sus joyas arquitectónicas destacan la Iglesia de Santiago, el palacio de Datue, la Casa del Virrey y el barroco palacio de Arizkunenea. Muy poco conocido pero uno de los pueblos con encanto en Navarra que debes visitar si o si.
Rodeado de increíbles paisajes naturales, Elizondo sobresale en la región por su prosperidad económica y la estupenda infraestructura pública y privada.
Cascante
Situado en la Ribera de Navarra, este pueblo de casi 4.000 habitantes y cercano a la frontera con Aragón abunda en patrimonio histórico y religioso. De tal patrimonio tienen mayor relevancia la Basílica de Nuestra Señora del Romero, del siglo XVI, la iglesia gótica de la Asunción, el Antiguo Convento de la Orden de los Frailes Mínimos, el Palacio de Bobadilla, el Museo Etnológico y la Casa Duplá.
En Cascante también puede disfrutarse de preciosos parajes naturales como la laguna Lor, el Parque del Romero y el Camino Natural Vía Verde el Tarazonica.
Sangüesa
Con algo más de 5.000 habitantes y a 44 kilómetros de Pamplona, Sangüesa forma parte importante del Camino de Santiago. En su rico y variado patrimonio destacan conventos, iglesias y edificios civiles, pero sobre todo la Iglesia de Santa María, joya del arte románico y monumento nacional.
Además de los ya mencionados, pueden apreciarse maravillas arquitectónicas de diferentes épocas como el Palacio de los Duques de Granada de Ega, el Palacio de los Reyes de Navarra y el Palacio de los Marqueses Valle-Santoro. Por algo suele decirse que Sangüesa tiene en cada calle un monumento.
Roncesvalles, uno de los pueblos con encanto en Navarra con más historia
Circundado por el entorno forestal del pirineo navarro, Roncesvalles es un pueblo rebosante de leyendas e historia. Basta con tener presente que es el punto de inicio predilecto del Camino de Santiago para muchos peregrinos. Célebre también por la batalla de Roncesvalles en la que Carlomagno sufrió una histórica derrota.
Roncesvalles es dueña de un excepcional patrimonio religioso, histórico y cultural que requiere un reposado y atento recorrido. En sus alrededores se realizan actividades como el senderismo en el cercano Parque de la Selva de Irati.
Bera de Bidasoa
En el valle formado por el río Bidasoa y cercano a la frontera con Francia, a la cual la comunican los pasos de Lizuniaga e Ibardin, se encuentra Bera de Bidasoa. En esa encantadora localidad puede apreciarse la Iglesia de San Esteban y una increíble variedad de casas solariegas que datan de los siglos XVI y XVII.
Es de resaltar entre sus edificios la Casa Consistorial, la casa de los Baroja y la casa Itzea. Este encantador pueblo también es famoso por la conservación de bailes ancestrales como la Makil Dantza y sus fiestas patronales consagradas a San Esteban.
Zugarramurdi, de los pueblos bonitos de Navarra con triste historia
Sin duda la fama de este pueblo del Valle de Baztán de 200 habitantes se debe a una historia centrada en la Cueva de la Brujas y en la que fueron procesadas cuarenta mujeres en 1610 por practicar la brujería, de las cuales doce enfrentaron la condena a la hoguera.
La Cueva de las Brujas es una formación cárstica debida al arroyo Orabidea y es un túnel de 120 metros de largo y 12 de alto, y dos galerías muy altas por encima del cauce.
Pero esa fascinante historia en nada opaca la belleza que luce el contraste entre las casas señoriales y la arquitectura popular.
Amaiur
También se le conoce como Maya, un característico y pintoresco pueblo del Valle del Baztán que ofrece un espectáculo de paisajes de montañas y prados. Recibe a sus visitantes con un arco típico navarro en la entrada. Con apenas 300 habitantes, su tranquilidad proverbial en pleno Camino de Santiago invita al descanso, a largos y agradables paseos. Su arquitectura ostenta magníficas muestras como la Casa Arriada y el Palacio Arretxea.
Viana
Refundado por el rey Sancho VII en 1219, este encantador pueblo de la Comunidad Foral de Navarra permite apreciar toda una estructura fortificada por la cual se le declaró Conjunto Artístico-Histórico hace veinticinco años.
Destacan entre los edificios de mayor interés en Viana el Convento de San Francisco, la Iglesia de Santa María y la Casa Consistorial. Se aprecia mucho de este pueblo de monumentos históricos muy importantes su sidrería y sus asadores, con lo más típico de la gastronomía vasco-navarro-riojana. Otro de esos pueblos con encanto en Navarra que no deben faltar dentro de un buen top.
Arizkun
Este pueblo en el Valle del Baztán y a la ribera del río Bidasoa se le considera de gran trascendencia histórica y se le aprecia por la preservación de ancestrales tradiciones como la Fiesta de la Reina de Mayo, sus carnavales y las fiestas patronales.
Entre sus edificaciones sobresalen la Iglesia de San Juan Bautista, el Convento de Nuestra Señora de los Ángeles, la Torre de Vergara, el gótico Palacio de Ursúa y el Palacio de Cabo de Armería de Lizarazu. El barrio Bozate, que es uno de los seis que lo componen, es famoso por haber dado refugio al grupo social de los Agotes, de origen social misterioso.
Burguete
Este pueblo pirenaico fue creado exclusivamente para ofrecer diferentes e imprescindibles servicios a los peregrinos del Camino de Santiago. Al estar atravesado por la famosa ruta jacobea y por sus señoriales casas de cuatro aguas que datan del siglo XVIII, Burguete fue declarado Bien de Interés Cultural en 2008.
Burguete con un entorno natural arrobador e inigualable, también cuenta entre sus atractivos el túmulo y el dolmen prehistórico de Lindus, así como el puente medieval de estilo románico. Cabe añadir a sus lugares de interés la parcial red fluvial del Erro, el Urrobi y el Irati, además del monte Alduide por sus hayedos y paso migratorio de varias especies de aves.
Etxalar
Su arquitectura popular la ha consagrado con el Premio Nacional de Turismo, en particular por las grandes casas de los siglos XVI y XVII. Los monumentos funerarios del siglo XVII, conocidos como estelas discoideas de la Iglesia de la Asunción, erigida en el siglo XIII y la torre medieval de Gaztelu, se cuentan entre sus más apreciados monumentos.
Etxalar está situado entre montañas y prados de intenso verdor y es muy popular por el famoso sendero de las palomeras, en el cual se practica un estilo de caza cuyo origen data del siglo XV.
Baquedano
Situado a la ribera izquierda del río Urederra, Baquedano deslumbra al visitante con sus casas cuatri centenarias y más añejas aún, ostentado en sus fachadas los blasones y escudos de quienes las eligieron. Recorrer este pequeño pueblo es un paseo histórico que abarca largos y distantes siglos, comenzando por algunos vestigios prehistóricos, los siglos II y III del período de romanización, la Edad Media y hasta el presente.
Al estar en una de las entradas del Parque Natural de la Sierra de Urbasa y Andía, y ser parte de su territorio el manantial del río Uredera, Baquedano disfruta de un particular interés para quienes lo visitan.
Burgui
Fundado a la orilla derecha del río Esca, esta villa en la frontera con Aragón destaca por sus calles empedradas, viejas casonas de aleros salientes y por ser la entrada principal al Valle del Roncal.
Burgui cuenta con bellezas naturales como la Foz de Burgui y con acantilados en los que anidan innumerables aves rupícolas y buitres en abundancia. En su territorio aún puede verse lo que ha quedado del monasterio benedictino de Urdaspal.
Es de resaltar en Burgui la Senda de los Oficios, en el que se recorren cuatro kilómetros por el puente medieval, una almadía o balsa de troncos, un horno de pan, una carbonera, una nevera medieval, una calera y un antiguo aserradero.
Urdazubi
Este pequeño pueblo pirenaico fronterizo con Francia derrocha su encanto con el monasterio del siglo IX de San Salvador, su molino del siglo XVIII, sus casas con escudos de armas y blasones, y puentes de la Edad Media sobre el río Ugarana.
En sus famosas cuevas de Ikabaru se ha tejido la leyenda de que las habitaban las lamias o especie de sirenas de la mitología vasca. Al parecer los primeros habitantes de esta población se remontan al Paleolítico, pero cabe destacar que los más precisos datos históricos refieren que en el siglo X los monjes de la Orden de San Agustín construyeron un hospital al que siguieron en su alrededor otras construcciones. Urdazubi forma parte esencial del recorrido por estos pueblos con encanto en Navarra.
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